El Vanguardismo
Es la más radical revolución que sufre el arte y la literatura en su historia.
Esta
tiene lugar alrededor de 1914, año en que comienza la primera guerra
mundial, que de la mano con los avances tecnológicos, los amplios
conocimientos históricos, la crisis espiritual que surge por el momento
que se vive despierta conciencia para un nuevo cambio que se origina en
la humanidad. Esta es la razón del punto de partida del surgimiento de
varias escuelas artísticas que expresan el desmoronamiento del orden
burgués y del clasicismo. Entre esas escuelas están:
El expresionismo, cubismo, ultraísmo, futurismo, el creacionismo, entre otras.
El
Vanguardismo inaugura un nuevo modo de ver la literatura caracterizado
por la primacía del prosaísmo versus musicalidad, feísmo versus
preciosismo y absurdo versus comunicación lógica. De ahí que las
vanguardias tuviesen en sí un carácter límite. Ruptura de la traición
que habíamos heredado pero también ruptura de la ruptura, rechazo de la
imitación. Los poetas vanguardistas se caracterizan, además, por:
- Rendir culto a la novedad y a la sorpresa. Los poetas vanguardistas cambian la estructura formal del poema.
- Renovar completamente los recursos expresivos. Metáforas, la imagen y otros recursos se convierten en reveladores de una dimensión interior.
- Exploración de lo irracional. El verso se presenta sin leyes métricas ni lógicas, regido por el juego, las similitudes y el azar.
- Introducir referencias a la vida moderna y al desarrollo. Modos de vida, tecnología, preocupaciones, miedos, etc.
Características generales del Vanguardismo
Cosmopolitismo: las calles de todas las ciudades forman una red internacional más vital que la red de las academias.
Actitud
ante la literatura como juego intrascendente, esteticismo. Abolición de
los ornamentos, oscuridad rebuscada. Esquematismo.
Ingenio: ingeniosidad y fantasía frente a la realidad. Aforismos. Culto a la novedad y a la sorpresa.
Sentimientos: deshumanizan el arte obliterado todas las fuentes del sentimentalismo. Destruían el “yo”. Horismo.
Feísmo: desorden, estrafalario, chocante, anti-bello.
Morfología: lengua no comunicativa, el letrismo, la jitanjáfora y caligramas.
Sintaxis: destrucción de la sintaxis. Palabras en libertad. Se tachaban los nexos, las frases medianeras.
Métrica: abandono de los moldes eutróficos, de la rima, de la medida, del ritmo. Prosaísmo.
Temas: exclusión de lo narrativo y anecdótico.
Imaginismo: la metáfora.
El lenguaje del Vanguardismo
Su
instrumento es la palabra y la fantasía ilimitada. Por medio de la
palabra se destruye la realidad y transforma al objeto en idea pura, en
esencia espiritual, en juego de ensueños plurivalentes. La sugestión
sonora y asociativa del lenguaje importa más que su significado, los
versos suenan e insinúan, más que dicen. La palabra tiene múltiples ecos
y se carga de contenidos misteriosos, de significados equívocos, no
unívocos, de reflejos interiores.
Esta poesía no es inteligible y como se abre a múltiples interpretaciones, el lector se convierte en un co-creador.
Las Vanguardias
Como
en la época del “modernismo”, los dos centros de la vanguardia fueron
Buenos Aires (Borges, Girando, Molinari) y México (Pellicer,
Villaurrutia, Gorostiza). En Cuba aparece la poesía mulata: para cantar,
bailar y mal decir (Nicolás Guillén, Emilio Ballagas); En Ecuador,
Jorge Carrera Andrade inicia un “registro del mundo”, inventario de
imágenes americanas… Pero el poeta que encarna mejor este período es
Pablo Neruda. Cierto, es el más abundante y desigual y esto perjudica su
comprensión; también es cierto que casi siempre es el mas rico y denso
de nuestros poetas. La vanguardia tiene dos tiempos: el inicial de
Huidobro, hacia 1920, volatización de la palabra y la imagen; y el
segundo de Neruda, diez años después; ensimismada penetración hacia la
entraña de las cosas.
Octavio Paz
(El arco y la lira)
[…]
La vanguardia suele asumir posiciones políticas radicalizadas, se
propone romper con la estructura tradicional del lenguaje y postula el
sueño y la locura como fuentes inspiradoras del arte. El origen del
vanguardismo puede remontarse aproximadamente hasta la obra de Rimbaud y
su apogeo programático comienza con las ideas de Apollinare; su
perduración no ha cesado hasta el presente. Entre sus principales
manifestaciones cabe incluir el surrealismo, el futurismo, el
vorticismo, el imaginismo, la literatura de absurdo y el movimiento
poético que en los países de habla inglesa se denomina modernismo.
Jaime Rest
La
vanguardia se presenta como voluntad de desacreditar el arte que la
precede: se burla de él, lo critica ferozmente e invita al abandono de
las prácticas artísticas que considera caducas.
La
vanguardia se ve a si misma como algo más que una doctrina estética y,
normalmente, proclama formas de vida y compromisos totales como una
actitud renovadora de la que el artista es profeta. De ahí lo llamativo y
escandaloso de muchas de sus manifestaciones que, aparentemente, son
ajenas a su programa, pero que, de hecho, son parte fundamental de su
concepción.
La vanguardia es una búsqueda
permanente y, en ese sentido, acepta su propia transitoriedad. En este
sentido, cuenta con que será destronada por otro movimiento distinto,
incluso antagónico, y de ahí deriva muchas veces su peculiar sentido
lúdico e irónico del arte: todo es efímero y, si se acepta el aplauso
común, el arte se convierte en algo académico, cosa odiada por el
vanguardista.
El término Vanguardias surge en Francia durante los años de la Primera Guerra [1914-1917]. Su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde,
término de origen militar y político, que venía a reflejar el espíritu
de lucha, de combate y de confrontación que el nuevo arte del siglo
oponía frente al llamado arte decimonónico o académico.
Desde
el principio, el arte vanguardista adquiere una impronta provocadora
contra lo antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara con el arte
burgués. No será causalidad que todas las primeras manifestaciones de
estos vanguardismos estén repletos de actos y gestos de impacto social,
como expresión de un profundo rechazo a la llamada cultura burguesa. La
Primera Guerra, como expresión del afán imperialista y del profundo
fracaso de esa burguesía por conseguir la paz, será el período en que,
junto a actitudes diversas de rechazo a la guerra, afloren todas estas
manifestaciones artísticas extraordinarias con una versatilidad y
agilidad desconocidas hasta entonces. Los llamados ismos se sucederán uno tras otro.
No
es ninguna casualidad que el surgimiento de los vanguardismos
artísticos y literarios esté relacionado íntimamente con el periodo de
mayor intensidad social, ideológica, en definitiva histórica, del siglo
XX: el periodo que va desde la Primera guerra del 14 al inicio de la
Segunda en 1939. En esos 15 ó 20 años cuajan las experiencias del nuevo
arte: unas pasarán rápidamente, otras quedarán incorporadas al arte para
siempre, pero la revolución de las formas y de los contenidos se
producirá, sin duda, a partir de aquellas vanguardias de los años 20.
Auge y crisis
Los
vanguardismos despuntan inmediatamente antes o durante la Primera
Guerra, llegan a su apogeo durante la década de los años 20, entran en
crisis a partir de 1929 y desaparecerán en la década de los 30. En esos
años, los artistas vanguardistas se han enfrentado al mundo de ideas
proveniente del pensamiento burgués: unos derivarán hacia el
antiburguesismo de tipo fascista, como es el caso del futurismo italiano
de Marinetti; otros volcarán su rebeldía en el movimiento proletario
izquierdista. De esta forma, los dos grandes movimientos que marcarán el
siglo XX, el fascismo-nazismo y el comunismo, serán expuestos y
cantados en sus iniciales años de poder a través de una estética y unas
formas vanguardistas. El caso más ilustrativo es el del surrealismo
francés y su apuesta por la revolución comunista. Posteriormente serán
ellos mismos perseguidos y prohibidos por los propios aparatos
culturales de estado, como ocurrió en la URSS estalinista a partir de
1923 y en la Alemania nazi de 1933. En el primer caso, los poetas
futuristas serán criticados a partir de la nueva estética realista y
populista tras la guerra civil revolucionaria. En el segundo caso, los
jerarcas nazis secuestrarán la pintura vanguardista que había
caracterizado el renacer cultural alemán, considerada a partir de
entonces como "arte degenerado".
La gran
confrontación ideológica y militar de la década de los cuarenta, la
Segunda Guerra, acabará con los vanguardismos. Sus restos o serán
enterrados o derivarán en el arte moderno cuya expresión más genuina
será el arte de Estados Unidos a partir de los años 40. El trabajo de
fundamentar un nuevo concepto de arte y de literatura ya estaba
realizado.
Movimientos de Vanguardia en Latinoamérica
En
tanto que el romanticismo, el realismo, el naturalismo y el simbolismo
llegaron con cierta lentitud al Nuevo Mundo, y hasta tardaron décadas en
algunos casos, los movimientos europeos de Vanguardia de los primeros
treinta años del siglo xx encontraron un eco casi inmediato en los
centros urbanos más desarrollados de Latinoamérica.
El
proceso de asimilación y metamorfosis de los modelos comenzó a
realizarse en la fuente y por escritores que no solo fueron espectadores
de esos movimientos. Estos escritores hispanoamericanos encararon el
fenómeno de las Vanguardias con una originalidad en que no faltaba el
enfoque paródico o la lectura carnavalesca. Para ellos, el futurismo, el
cubismo, el dadaísmo, el expresionismo y, más tarde, el surrealismo
fueron menos escuelas cerradas y fiscalizadas por líderes apocalípticos
(Marinetti, Tzara, Bretón, por ejemplo) que opciones abiertas al
escritor Latinoamericano.
De ahí que las
Vanguardias de la vieja Europa llegaran a la América en una versión
singular que asumía distintos nombres (ultraísmo, creacionismo,
estridentísimo) de polémica inserción en un concepto europeo. Una vez
más, América practicaba sistemáticamente la carnavalización cultural.
Para
el escritor latinoamericano testigo y, a veces, hasta actor en las
Vanguardias europeas la tarea principal era recoger no lo que había de
singular en cada uno de aquellos movimientos, sino lo que ellos tenían
de búsqueda de una estética de la cultura emergente del siglo. Al margen
de sus singularidades el cubismo fragmentaba la sintaxis de la obra de
arte; el futurismo y el dadaísmos minaban el concepto mismo de obra
poética; el expresionismo insertaba su poesía en el conflicto edípico
que desgarraba la piel política de la Europa de la hecatombe de 1914,
esas Vanguardias tenían un propósito común: liberar las artes y las
letras del peso muerto de las Academias, Liceos, Universidades, Museos y
Bibliotecas.
Sobre la ruina de una cultura
humanística, eurocéntrica, que reconstruye una utopía cultural
grecolatina a partir del Renacimiento, en las Vanguardias del siglo XX
se buscaba una libertad que les permitiese el acceso al nuevo mundo
creado por la segunda revolución industrial, ya posible en el papel, si
no en la fábrica.
Lo que los unía era la
Modernidad, concepto que no debe confundirse con el modernismo
finisecular dominante en Latinoamérica y España en la transición de un
siglo a otro y es el último movimiento del siglo XIX.
El
artista de Vanguardia buscaba destruir de una vez por todas las
servidumbres con respecto a la representación mimética de la realidad:
ese ídolo de la burguesía victoriana que habría de emerger (después del
estallido de las Vanguardias) convenientemente disfrazados de arte
socialista o academicismo fascista en la horrible época del intervalo
entre las dos guerras mundiales. Lo que era común a las Vanguardias era
la propuesta de un arte libre en una sociedad libre.
La Poesía Hispanoamericana
Pablo Neruda (1904 - 1973). El poeta revela preocupación por diversos temas:
El amor y la mujer. La mujer aparece asociada en su poesía a la fertilidad, símbolo de lo ideal e indestructible.
La soledad y la angustia. Sus
poemas empalman una unidad entre los diversos elementos de la
naturaleza: fauna, flora, símbolo del abandono, el caos, de las
sociedades hispanoamericanas.
El compromiso político y social. El poeta se convierte en portavoz de las masas, acopia las denuncias, invocaciones y la historia épica del continente americano.
Las cosas sencillas de la vida cotidiana. El poeta nos hace descubrir la belleza de lo sencillo e insignificante en sus famosos libros de odas elementales.
Octavio Paz (1914). La
poesía de Paz representa la conciliación de los recursos de la
modernidad: surrealismo, dadaísmo, con la tradición. Tienen primacía en
su poesía los temas de la identidad y el origen,
sus grandes poemas como Piedra de Sol, Himnos entre ruinas, Pasado en
claro… son una exploración del conocimiento de la mentalidad, de los
mitos y de los somos del tiempo.
El amor, la mujer, el erotismo son los temas que pesan en al conciencia del poeta.
César Vallejo (1892 - 1938). Los temas esenciales en la poesía de Vallejo son el dolor, la pasión y las obsesiones y el absurdo. Su poesía representa el drama del hombre ante la percepción o el sentido de su propia existencia.
Vicente Huidobro (1893 - 1948). En
Huidobro la poesía concebida como un modo de conocimiento. La palabra
poética es sorpresa y maravilla; rechaza la imitación de la naturaleza y
el poema extrae sus temas de lo social y de lo político. El poeta
expresa un culto a las ideas.
Movimientos de Vanguardia
Futurismo
Movimiento literario y artístico surgido en Italia en el primer decenio del siglo XX. Nació con un manifiesto, y varió y fijó sus propios enunciados en una serie de manifiestos. El 20 de febrero de 1909 F.T. Marinetti publicó en «Le Fígaro» de París un primer Manifiesto en el que proclamó como formas de expresión del futurismo la agresividad, la temeridad, el salto mortal, la bofetada, el puñetazo.
En 1912, el mismo Marinetti, con el Manifiesto técnico de la literatura futurista,
apuntó como medio específico de expresión literaria las «palabras en
libertad», que eran capaces de traducir, por analogía y sugestión, los
mecanismos psíquicos y el frenesí de la vida moderna. Esto comportaba la
abolición de la sintaxis, de la puntuación, de las partes calificativas
del discurso (adjetivos, adverbios). Las nuevas teorías se aplicaron
también a la pintura (1910: Primer y segundo manifiesto de la pintura
futurista, firmados por Balla, Boccioni, Carrá y Russolo), a la música
(1910: Manifiesto de los músicos futuristas, firmado por Pratella), a la
escultura (1912: Manifiesto de Boccioni, en el que se afirma que la
escultura debe convertir el infinito plástico aparente y el infinito
plástico interior), al teatro (1915: Manifiesto del teatro futurista
sintético, firmado por Marinetti y Settimelli, y Manifiesto de la
escenografía futurista, firmado por Prampolini; el primero recomendaba 2
sorprender al público con cualquier medio, por ejemplo: con la 1
concisión, reduciendo las escenas al tiempo fulminante (de pocos
segundos) e incluso a otras formas artísticas todavía por nacer, pero
destinadas a nacer en el futuro.
Esta gran
cantidad de programas revela una exasperada proyección hacia el futuro; y
si por un lado expresa la voluntad de romper con la tradición, por el
otro demuestra una cierta incapacidad de realizarse en formas menos
hipotéticas y más actuales. Uno de los aspectos más llamativos del
futurismo es, en suma, lo veleidoso, que se enmascara de triunfalismo
para rechazar el mito de la derrota propio de cierto romanticismo y del
decadentismo. Los fu turistas cultivan, por el contrario, el mito de la
victoria: victorias tal vez ficticias, coronadas no por una gloria
aristocrática y solitaria (como en D'Annunzio), sino por el escándalo en
los cafés, en la calle, en las salas de conferencias.
De
todos modos el futurismo fue, buena o mala, una escuela de polémica y
de moral; y si usó con eficacia la técnica publicitaria, admitiéndola de
golpe en la expresión artística, lo hizo con una finalidad básicamente
pedagógica. Pero ello no impidió a los futuristas transformar, con el
tiempo, los temas iniciales de la máquina, la velocidad, la técnica en
exaltación de la violencia, del imperialismo, de la guerra, «higiene del
mundo», y, por lo menos con Marinetti, del fascismo.
En
el ámbito literario, el futurismo italiano tuvo sus mejores exponentes,
además de en Marinetti, en A. Palazzeschi, C. Govoni y A. Soffici; pero
los resultados más importantes del movimiento se alcanzaron,
probablemente, en el campo de las artes figurativas, con la introducción
(sobre todo por obra de Boccioni) de un nuevo sentido del espacio que
tuvo consecuencias importantes en la vanguardia europea contemporánea y
posterior: cubismo, dadaísmo, surrealismo.
En el
siguiente Manifiesto de la literatura futurista (Manifesto della
letteratura futurista, 1910) teorizó poéticas y medios expresivos
adecuados para lograr la dinámica de la sensación, del movimiento, de la
materia, mediante el desquiciamiento de la sintaxis y la puntuación,
las palabras en libertad y los caracteres de imprenta dispuestos de
maneras sugestivas e inusitadas.
Los
resultados más notables de la aplicación directa de este programa son la
novela Mafarka el futurista (Mafarka il futurista, 1910) y, en lo
poético, Zang Tumb Tumb. Adrianópolis, octubre de 1912 (Zang Tumb Tumb.
Adrianopoli, ottobre 1912, 1914), descripción fonosimbólica de un
episodio de la guerra de Africa. Inspiró y redactó otros manifiestos,
como Teatro de variedades (Teatro di varietá, 1913), Teatro sintético
(1915) o Guerra, la única higiene del mundo (Guerra sola igiene del
mondo, 1915). Su nacionalismo y su belicismo le llevaron a apoyar la
guerra de Libia (La batalla de Tripoli, La battaglia di Tripoli, 1912),
posteriormente la intervención en la 1ª guerra mundial y finalmente la
dictadura fascista, de la que recibió honores y cargos oficiales.
Marinetti
fue sobre todo un hábil organizador cultural, sensible a las nuevas
relaciones con el público nacidas con los mass media; algunas de sus
mejores capacidades son reconocibles en la inventiva lúcida y agresiva
de los «manifiestos», que se elevaron, gracias a su escritura, a la
categoría de género literario.
Dadaísmo
Este
trabajo tiene por finalidad dar a conocer un movimiento vanguardista,
el cual niega cualquier tipo de norma estética. Surge como una necesidad
de independencia y desconfianza hacia la comunidad, un impulso
irrefrenable por salvar aquello que se encuentra más allá de las reglas
en un momento histórico difícil como fue la primera guerra mundial
(1914). Nace en Suiza producto de la ruptura de las concepciones de la
estética clásica europea. Su primera aparición en público el 30 de marzo
de 1916 en Zurich, Rumania. La poesía que este muestra tiene un
lenguaje incoherente que se destruye a sí mismo, y en la cual todo está
permitido. Los métodos que usaba el dada se decía que eran
deliberadamente incomprensibles.
Significado del movimiento:
Es
un movimiento vanguardista que comenzó con un grupo de jóvenes
intelectuales, inconformistas, contrarios a la primera guerra mundial.
Abarcó todos los géneros artísticos y se basó principalmente en una
actitud de revuelta, desprecio y disgusto frente al orden social
existente, caracterizado por una avaricia inhumana y un ansia de poder,
que frente al arte tradicional había quedado invalidado por el hecho de
que la sociedad lo consideró irrespetable. Su propósito fue desarrollar
hasta las últimas consecuencias la imaginación sin límites, intentando
abolirlo todo. Respecto al nombre y significado de la palabra
“dadaísmo”, se dice que el término “dada” fue elegido por el editor,
ensayista y poeta rumano Tristan Tzara, al abrir al azar un diccionario
en una de las reuniones que el grupo (de los idealistas) celebraba en el
cabaret “Voltaire” de Zurcí. Ésta significa “caballito de juguete” en
francés, pero para los artistas quienes frecuentan éste cabaret entre
1915 y 1922, dada es cualquier cosa. También, se dice que es una
repetición elemental que evoca el lenguaje anterior a la palabra, o que
alude simplemente al balbuceo infantil.
Técnicas:
Con
el fin de expresar el rechazo de todos los valores sociales y estéticos
del momento y todo tipo de codificación, los dadaístas recurrían con
frecuencia a la utilización de métodos artísticos y literarios
deliberadamente incomprensibles, que se apoyaban en lo absurdo e
irracional. Sus representaciones teatrales y sus manifiestos buscaban
impactar o dejar perplejo al público con el objetivo que este
considerara los valores estéticos establecidos.
Para
ello utilizaban nuevos materiales, como los de desecho encontrados en
la calle, y nuevos métodos, como la inclusión del azar para determinar
los elementos de las obras. Los dadá profesaban todas las artes, pero no
se encasillaban en ninguna.
Un ejemplo de
artista dadaísta fue el pintor y escritor alemán Kurt Schwitters que se
destacó por sus collages realizados con papel usado y otros materiales
similares. El artista francés Marcel Duchamp expuso como obras de arte
productos comerciales corrientes- un secador de botellas y un urinario -
a los que denominó ready - mades. Aunque los dadaístas utilizaron
técnicas revolucionarias, sus ideas contra las normas se basaban en una
profunda creencia, derivada de la tradición romántica, en la bondad
intrínseca de la humanidad cuando no ha sido corrompida por la sociedad.
Ideologías:
El
dada defiende la libertad del hombre, la espontaneidad y la
destrucción. Se opone al arte tradicional y a una ideología burguesa.
Refleja
una protesta nihilista que va en contra de todos los aspectos de la
cultura occidental, sobre todo contra el militarismo.
Su
rebelión contra las normas establecidas era basada en una creencia
profunda y proveniente de la tradición romántica, en la bondad esencial
de la humanidad cuando no esta corrompida por la sociedad.
Este
movimiento surge con los destroces de la 1° guerra mundial y defiende
también una actitud negativa hacia todo lo que produce la civilización
bélica
Dada es cualquier cosa, es un estado de
ánimo, nacido de la guerra y en la guerra. Es anarquista,
revolucionario, también es indiferente, diletante y poético. Dada quiere
estigmatizar la brutalidad. Dada está en contra del futuro. Existen,
más que por la guerra, porque son hombres independientes que viven otros
ideales.
Es una manera de ser así como una
manera de vivir. Dada conoce todo, dada destruye todo, dada no habla,
dada no tiene una idea fija.
Los dadaístas
profesaban todas las artes pero no se encasillaban en ninguna. Sus ideas
contra las normas se basaban en una profunda creencia derivada de la
tradición romántica. Abrieron una puerta definitiva a lo posible y a lo
imposible, a lo todo y a lo nada
El movimiento
Dada emitió su propio manifiesto, o ideas: Propugnó la abolición de la
memoria y de la lógica, de la arqueología, de los profetas y del futuro ,
el quebrantamiento de las normas, la liberación de la fantasía y la
creación de un lenguaje incoherente que era el reflejo del vivir de su
sociedad.
Es un movimiento antiliterario,
antipoético, anti-arte que terminó por ser anti-el mismo, para que
finalmente muriera por sus propias manos. La destrucción es necesaria
para la creación, naciendo así el surrealismo.
Manifiesto dadaísta
Fueron tiempos de revoluciones y efervescencia política. El "movimiento" dadá emite su propio "manifiesto":
"...no estoy ni en pro ni en contra, y además, no lo explico, porque detesto el sentido común...
"Asco dadaísta.
"Abolición de la memoria: dadá
"abolición de la arqueología: dadá
"abolición de los profetas: dadá
"abolición del futuro: dadá
"creencia absoluta indiscutible en cada dios producto inmediato de la espontaneidad: dadá..."
Exponentes:
Tristán Tzara:
Principal representante del dadaísmo de nacionalidad rumana. Editor,
ensayista y poeta que fundó este movimiento con Hugo Ball (escritor
alemán), Jean Arp (artista alsiaciano) y otros intelectuales.
Kurt Schwitters: Pintor y escritor alemán que se destacó por sus colages realizados con papeles usados y otros materiales similares.
Marcel Duchamp:
Artista que expuso como obras de arte productos comerciales corrientes
(un secador de botellas y un urinario), a los que denominó
“ready-mades”.
Hans Arp, Soupault, Marx
Ernst, Tzara, Antonin Artaud, André Bretón, entre otros, se
caracterizaron por sus obras ilógicas que tenían como primera impresión
la insolencia, la denuncia, y el insulto.
Otros representantes (pero no menos importantes) son Ribemont, Dessignes, Dermen, Arnaud, Breton, Argón, y Soup Ault.
Temas:
1- El Arte Dada no estaba dentro de lo establecido, mas bien era algo
bizarro, irracional y sobre todo fantástico. Se burlaban de los objetos
Artísticos que habían sido venerados durante siglos y cogían objetos de uso
cotidiano y los exponían presentándolos como objetos artísticos. Como es el
caso de Duchamp, quien presentó un orinal como pieza escultórica y la tituló
Fuente y firmó R. Mutt. No fue aceptada en la exposición de Arte en Nueva
York en 1917. En una declaración de Duchamp se mencionó que lo importante no
era que este la hubiera fabricado por si mismo la fuente; lo importante
era que la hubiera escogido.
bizarro, irracional y sobre todo fantástico. Se burlaban de los objetos
Artísticos que habían sido venerados durante siglos y cogían objetos de uso
cotidiano y los exponían presentándolos como objetos artísticos. Como es el
caso de Duchamp, quien presentó un orinal como pieza escultórica y la tituló
Fuente y firmó R. Mutt. No fue aceptada en la exposición de Arte en Nueva
York en 1917. En una declaración de Duchamp se mencionó que lo importante no
era que este la hubiera fabricado por si mismo la fuente; lo importante
era que la hubiera escogido.
Trozos de papeles o de vidrios rotos, pegados en las telas fue una
característica propia de este movimiento, al igual que utilizar productos
comerciales corrientes. Duchamp afirmaba en definitiva que el arte
establecido ya no significaba nada. que la casualidad tenía mucho más
significado v más sentido que el arte de una sociedad podrida. Arp hizo un
collage aleatorio, esparciendo sobre el cuadro trozos de papel para obtener
así un resultado accidental.
característica propia de este movimiento, al igual que utilizar productos
comerciales corrientes. Duchamp afirmaba en definitiva que el arte
establecido ya no significaba nada. que la casualidad tenía mucho más
significado v más sentido que el arte de una sociedad podrida. Arp hizo un
collage aleatorio, esparciendo sobre el cuadro trozos de papel para obtener
así un resultado accidental.
El pintor y poeta Kurt Schwitters, hizo también collages con objetos
encontrados casualmente y los denominó Merz.
encontrados casualmente y los denominó Merz.
2- En la literatura como decíamos anteriormente, “más que la obra es el gesto”,
vale decir que en el aspecto de la literatura, esta era como una provocación
contra el sentido común, la moral, la ley y cualquier normativa.
vale decir que en el aspecto de la literatura, esta era como una provocación
contra el sentido común, la moral, la ley y cualquier normativa.
El Surrealismo
Movimiento
literario y artístico, definido en 1924 por André Bretón, que
preconizaba renovación de todos los valores culturales, morales y
científicos por medio del automatismo psíquico.
Antecedente
primordial del Surrealismo fue el movimiento dadaísta fundado en Zurch
en 1916. Bretón efectuó la primera formulación definidora del movimiento
en su manifiesto Surrealista (1924) , que describió el surrealismo
como “automatismo psíquico mediante el cual se propone expresar, sea
verbalmente, o por escrito de otro modo, el funcionamiento real del
pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón y al
margen de toda preocupación estética o moral”. Entre los autores que
Bretón citaba como contribuyentes o precursores de su pensamiento
figuran Freud, Lewis, Hugo etc., aunque si bien algunos serían
rechazados posteriormente, los surrealistas conservaron siempre especial
aprecio por los románticos franceses y anglosajones y por los “poetas
malditos”. En el mismo año se fundó el Bureau de recherches surrealistes
y la revista La revolutión surrealiste dirigida por P.Naville y B.
Péret, que inició una encuesta sobre el suicidio. La producción
surrealista se caracterizó por una vocación libertaria sin límites y por
una exaltación de la imaginación, de los procesos oníricos, del humor
corrosivo y de la pasión erótica (amour fou), utilizada como provocación
o armas de lucha contra la tradición cultural burguesa y contra todas
las formas represivas del orden moral establecido. Pero las ideas
surrealistas no se expresaron únicamente a través de técnicas
literarias, como la “escritura automática” más o menos rigurosa o de
provocaciones pictóricas, sino como ruidosas tomas de posición pública,
como la publicación en 1924 de un cadáver con motivo de la muerte de
Anatole France y, en 1925, de cartas abiertas a P. Claudel, al Papa y
al Dalai-Lama petición de apertura de prisiones y licenciamiento del
ejército y declaración contra la guerra del Rif, que produjo sus
primeros contactos con los comunistas y les descubrió las figuras de
Marx, Lennin y Trotski. A partir de este momento se iniciaron las
querellas y cismas en el movimiento, escindido entre quienes veían en la
militancia comunista la postura ética coherente con sus aspiraciones
revolucionarias y quienes creían que sólo la creación artística era
incumbencia de los postulados surrealistas.
En
1929 Bretón publicó su segundo manifiesto surrealista, que definió como
una “llamada a los principios”.El mismo año apareció el nuevo órgano del
movimiento, llamado El Surrealismo al servicio de la revolución, y
Aragón tras su viaje a la Urss, Eluard, Péret y el propio Bretón
ingresaron el Partido Comunista. En 1931 organizaron un ataque contra la
Exposición colonial, pero a fines del 1933 Bretón, Eluar y R. Crebel
fueron expulsados del partido. La admisión en el grupo surrealista de
nuevos miembros a partir de 1930 permitió mantener la vitalidad del
movimiento si bien el difícil equilibrio entre independencia
revolucionaria y compromiso político condujo a disputas y exclusiones,
como la de Dalí por su conversación fascista y la de Eluard.
En
1935 publicó Bretón la posición política del surrealismo, que defendía
la independencia del artista y en 1938, firmó en México con Trostki y
Diego Ribera el manifiesto por un arte revolucionario independiente, que
proponía la creación de una “Fédération Internationale de l´art
revolutionnaire indépendant”.
En 1938 se
celebró en París una Exposición surrealista internacional, pero el
estallido de la guerra paralizó toda actividad surrealista en Europa,
marchando Bretón a EUA, en donde publicó “Prolégomènes à troisième
manifeste du surréalisme ou non” (Nueva York 1942). Regresó a París en
1946, pero el movimiento estaba ya definitivamente deteriorado a pesar
de lo cual las premisas libertadoras y subversivas del surrealismo se
han incorporado a la tradición cultural occidental y han seguido
manifestándose de algún modo en todos los campos de la creación
artística, a veces con intención lírica ajena a la moral revolucionaria
del movimiento: poesía, pintura, escultura, teatro, cine, fotografía,
danza e incluso en publicidad. En España, la generación del 27 fue
sensible a la influencia del surrealismo, que también inspiró la revista
catalana “L´amic de les arts”, si bien pocos artistas llegaron a
adoptar posturas surrealistas oficiales radicales, siendo los más
caracterizados Buñuel, S. Dalí, J.Miró, J. V. Foie, J. Larrea, R. Gómez
de la Serna.
El Creacionismo
Vicente
Huidobro fue creador del movimiento llamado "Creacionismo" y lo hizo
pensando en la idea de alejarse de la realidad y de la vida. Esto lo
logró con sus poemas que en cierto modo se escapaban de la realidad pero
que luego volvían a ella. Entonces hubo un cambio en la forma de crear
poesía, teniendo como objetivo echar a volar la imaginación pero siempre
poniendo límites.
A comienzos del siglo XX en
el creacionismo hubo un gran cambio en el arte con respecto a lo que ya
había, debido a que se empezaron a crear cosas diferentes que obligaban
al artista a basarse en la abstracción.
El hecho
que llevó a crear este movimiento, fue el haberse dado cuenta que en
ese momento los artistas sólo estaban imitando lo que ya había y que
además lo encontraban bien, pero nunca pensaron en que ellos también
podían crear otras realidades que las que los rodeaba.
Gracias
al creacionismo entonces comienzan a darse cuenta que se podían crear
poemas con un estilo propio e individual, estilos que no se confunden
con la forma tradicional de hacer poesía.
Para
lograr todo esto, Huidobro se aleja de lo que es normal en la
naturaleza. Entonces decide no imitarla, es por eso que este creador no
pide que el poeta cante a la lluvia sino que el poeta haga llover. A
partir de esto se consigue una poesía diferente.
Este
poeta con su pensamiento no sólo influye en la poesía sino también lo
hace en la pintura, la música, las artes plásticas, el cine y toda clase
de creación artística.
El Estridentísmo
El
estridentísimo nace en México entre los años 1920 y 1925, encabezado
por Manuel Maple Arce y List Arzubide, se forma bajo las teorías del
futurismo italiano de Marinette.
Los
manifiestos y bullicios del grupo fueron recopiladas por List Arzubide
en 1926 en un libro. El movimiento estridentísta dedicado para escándalo
de todos “A Huitzipapaxtti, manager del movimiento”.
Los
poetas estridentístas decían reflejar “una aurora nueva” y querían
cantar con la fuerza de la hélice. En su manifiesto imitaban la proclama
destinada a desamodorrar el ambiente provinciano de otros grupos
similares. Lanzaban además, mueras contra el cura Hidalgo, contra los
escritores moderados contra el “Aguachirlismo literario en México” y
contra la música de Chapín, a la que condenan a la silla eléctrica.
Vicente Quirarte hizo la siguiente apreciación sobre el estridentísimo:
Ha
sido un movimiento en constante estudio, valoración y crítica ya que
cada generación le ha dado una lectura diferente. Entre sus principales
aportaciones, podríamos citar el haber sido una invitación a la
irreverencia, a crear un universo lúdico y estratégico como movimiento
de vanguardia, que cuestionaba la literatura misma, la escritura, la
actividad intelectual.
Surgió como una
necesidad de mirar mas allá de lo establecido, y de quitarle el almidón a
la cultura, cuyos representantes se atrevieron a ser traviesos e
irreverentes pero siempre con una inteligencia brillante.
Lo más importante de este autor es que sigue siendo un poeta y un hombre estridentísta.
En
el libro Estridentísimo: Memoria y Valoración, editado por la SEP en
1983, List relata que se acerco al movimiento movido por la pasión que
profesabas hacia la vanguardia.
Afirma List que
a principio de los veinte, hacía una revista en Puebla: Ser y, en esta,
junto a otros autores publicaban cosas que consideraban vanguardia
poética, sobre todo de españoles.
Vanguardia y
realismo están unidos indisolublemente en la obra de List Arzubide. En
el libro citado el autor considera de forma natural la relación de loa
estridentístas con los movimientos sociales.
La
intención de la estética estridentístas era generar emociones según
consta en sus manifiestos, documentos y entrevistas concedidas por sus
integrantes.
En la confrontación de los
artistas contemporáneos contra los estridentístas, nace, según Arzubide,
el menosprecio y el silencio al que han sido sometido, lo segundo por
los herederos de los primeros. El primer enfrentamiento que los
estridentístas tuvieron con los contemporáneos fue cuando ellos se
dieron cuenta de que eran los reflejos del pasado y, sobre todo, del
gobierno que nunca ha cumplido lo que el pueblo desea.
El estridentísmo ha dado al porvenir la creación de una forma nueva de hacer poesía.
Todas
las vanguardias del siglo xx a excepción del propio estridentísmo,
cumplieron con su función eventual de mandar al destierro el antiguo
régimen estético: el estridentísmo fue puente entre el modernismo y sus
resabios y puertas especialmente del asentamiento de un nuevo modo de
concebir el arte de la plástica o de la palabra, donde sentó sus reales
el grupo de los contemporáneos.
El Ultraísmo
Movimiento
poético de vanguardia surgido de las tertulias que iniciara Rafael
Cansinos-Assens en el café colonial de Madrid a finales de 1918 y como
reacción contra el amaneramiento de los seguidores del modernismo de
Rubén Darío.
Así lo explica un ultraísta como
Guillermo de torre: como una violenta reacción contra la era del
rubenianismo agonizante y toda su anexa de cantores fáciles que habían
llegado a formar un genero híbrido y confuso, especie de bisutería
poética, producto de feria para las revistas burguesas. Opinión
semejante tiene Jorge Luis Borges, quien, no obstante, acabara renegando
de sus orígenes ultraístas.
Fue importante en
su gestación, además, el paso del poeta chileno Vicente Huidobro y su
defensa del creacionismo. El movimiento se difundió a través de varias
revistas, entre las que se encuentran Los Quijote, Grecia, Cervantes,
Ultra, cosmópolis, Horizontes, Vértices, entre otras. Además de los
antecedentes españoles, entre los que se mencionan a Ramón Gómez de la
Sema y Juan Ramón Jiménez, es importante destacar la relación del
ultraísmo con los movimientos coetáneos de vanguardia: el futurismo, el
cubismo, el dadaísmo.
Son sus rasgos
fundamentales: la condensación metafórica, la eliminación de nexos
inútiles, el avance de la “imagen refleja o simple”, según los
comentarios de Gerardo Diego, hacia la “imagen múltiple” que supone la
identificación más plena entre poesía y música, el valor plástico de la
disposición tipográfica, herencia directa de los caligramas de
Apollinare. Los poetas ultraístas más notorios fueron, además de los ya
citados: Juan Larrea, Pedro Garfias, Adriano del Valle, Eugenio Montes,
José Rivas Panedas, Rafael Lasso de la Vega, Isaac Vando-Villar, entre
otros. El movimiento quedo disuelto al dejar de publicarse públicamente
la revista Ultra en la primavera de 1922.
Movimientos de Vanguardia en la Republica Dominicana
El Postumismo
El
movimiento postumista nace en 1921. Sus figuras principales fueron
Domingo Moreno Jiménez (1892-1986), Andrés Avelino (1900-1974) y Rafael
Augusto Zorrilla (1892-1937).
El postumismo
consideraba que se debía eliminar de la tradición literaria, el pasado
literario universal además estaba en contra de los movimientos
literarios de su época: surrealismo, dadaísmo... Estos son sus grandes
defectos, con ello se negaba a la renovación de su literatura. Fue una
reacción en contra de la modernidad poética inauguraba por las
vanguardias mas importantes de comienzos del siglo XX.
Los críticos reconocen como logros postumitas los siguientes:
- Primacía del versolibrismo en una época en que la poesía dominicana parecía atrapada en la métrica;
- Introducción del paisaje nacional en la poesía. Los postumistas reaccionaron en contra de la imitación y los calcos de otras escuelas poéticas y los ambientes de otra poesía.
La Poesía Postumista
Predominan
en la poesía postumista los temas relacionados con el paisaje, con la
existencia y con la actitud psicológica ante la vida.
En
la poesía tradicional, el ritmo está reglamentado por el número de
sílabas de los versos, por las rimas regulares y por las pausas
métricas.
El versolibrismo, rechaza los
elementos de la métrica, la uniformidad y la regularidad en la
construcción de los versos del poema. El poeta no se somete a unas leyes
establecidas previamente, sino que se deja conducir por el ritmo
interior de su pensamiento.
El postumismo
descubre de un modo amplio, y por vez primera, la tierra dominicana, el
sentido racial y el sentido morfológico de nuestra realidad.
El
realismo ahora no esta determinado por una normas preceptivas ni por
modelos a los cuales hay que ser fiel, sino por el impulso del alma del
poeta en contacto directo con la realidad nativa.
La tierra, lo autóctono, comienza a tener cabida en los versos que entonces se forjan.
¿Qué es La Poesía Sorprendida?
Si preguntamos, que es la poesía sorprendida?
Podemos
responder, fue una revista que se publicó hacia los años del cuarenta y
dejó de existir en esa década. Duró su publicación cerca de cuatro
años. Esa revista se ocupaba de publicar poesía de las corrientes de más
extrema preocupación estética.
Pero La Poesía Sorprendida fue también la revista Entre las Soledades y mas tarde La Isla Necesaria, y, posiblemente, fue Brigadas Dominicanas y la Colección Arquero.
La Poesía Sorprendida no fue solo una revista; sino que fue un conjunto de poetas.
Sus
integrantes fueron: Aída Cartagena Portalatin (1918-1994), Rafael
Américo Henriquez (1899-1968), Mariano Lebrón Saviñon (1922), Manuel
Valerio (1910-1980), Manuel Rueda (1921), Antonio Fernández Spencer
(1922-1995). Franklin Mieses Burgos (1907-1976). La revista la fundaron
el chileno Albeto Baeza Flores, quien se ha convertido en uno de los más
prolijos estudiosos de la poesía dominicana, Eugenio Fernández Granel
(1914), introductor del surrealismo en el arte dominicano, pintor
afamado y los poetas dominicanos: Mieses Burgos, Gatón Arce y Lebrón
Saviñon. La revista nació con el lema de “Poesía con el hombre
universal”. Estuvo, desde sus comienzos, abierta a todas las influencias
de la poesía moderna: surrealismo, existencialismo, ultraísmos, dadaísmo... en suma, a las remociones producidas en el gusto estético por las vanguardias de la poesía.
La Poesía Sorprendida
1943.
Movimiento innovador que no desprecia la tradición, La Poesía
Sorprendida adviene con una actitud amplia que abrió sus puertas,
introduciéndolas en el país, a todas las corrientes literarias de Europa
y América, desde los más desenfrenados istmos hasta la “poesía pura” y
la de tenencia social. De una manera consciente efectúa en nuestro medio
en brusco viraje hacia una actividad subjetiva, fenómeno este
sorprendente si se considera que toda poesía dominicana anterior no
había rebasado el plano realista.
La poesía
sorprendida no concebía la literatura como repetición, sino como una
creación abierta a todas las influencias y a todos los movimientos que
se producían en el mundo. En tal sentido, constituye una reacción en
contra de los poetas del movimiento postumista, pues estos rechazaban
todo influjo externo en la literatura.
Entre las aportaciones que mayor influencia ejercieron el movimiento cabe citarse el surrealismo.
La Generación del 48
Se
denomina Generación del 48 en la literatura dominicana, a la generación
literaria de la generación histórica de dominicanos nacidos entre 1924 y
1938. Pero, con este nombre se conoce propiamente, a los poetas de esta
generación literaria más aún, a una parte de ellos: a los que publican
por primera vez en 1948, y todavía hacen vida en grupo.
Sus
integrantes, esencialmente poetas, son en su mayoría, abogados,
profesores universitarios o de otras instituciones ligadas a la
educación, narradores, dramaturgos, ensayistas.
Esta
poesía (La de la generación del 48), aunque entroncada con nuestra
realidad, en la experiencia vital, es al mismo tiempo onírica,
consciente y culta, en constante búsqueda de lo humano; poesía en
movimiento, que va de lo particular a lo colectivo, de lo intimo al
mundo exterior, con una visión optimista, totalizadora y trascendente
del hombre.
Con este criterio integral y propio,
los poetas del 48 aportan una poesía de testimonio, esencialmente
política, que recreando la historia, buscando nuestras raíces
sociológicas, redescubre y afianza el paisaje nacional, canta al hombre y
su destino, trasmutando en la palabra nuestras realidades en sus
dimensiones humanas universales, sin que por ello dejen de ser nuestras
realidades específicamente proyectadas. Ni poesía dominicana a lo
dominicano, ni poesía con el hombre universal, sino poesía con lo
dominicano universal.
La poesía en la
Generación del 48 en una constante encarnación del tiempo. Partiendo de
su circunstancia vital, estos poetas ofrecen una visión múltiple y
esencialmente trágica del tiempo, que refleja su contemporaneidad con el
hombre socialmente sumergido en la angustia de la transitoriedad y la
pobreza social. El tiempo poético en esta generación, es una puerta de
amor y libertad, donde el lenguaje es ritmo poético, hallazgo en el
movimiento constante, modernidad; magia y poesía. El poeta, un profeta
con su horizonte psicológico inacabable (Luis Alfredo Torres);
temporalidad enraizada y esencialmente cristiana (Rafael Lara Cintron);
sentimiento trágico y nostálgico de la realidad, y preocupación por el
hombre y su destino (Rafael Valera Benítez), visión de la aparente
realidad, nostalgia, olvido (Juan Carlos Jiménez, Alberto Peña Lebrón,
Máximo Avilés Blonda); igualdad, quietud; presente trasmutado en el
pasado (Máximo Avilés Blonda); temporalidad social, tiempo y espacio
imaginarios y aspiración de libertad (Victor Villegas); temporalidad
política, cosmovisión circular, mandalica (Lupo Hernández Rueda);
otredad, angustia (Victor Villegas, Abel Fernández Mejía, Lupo Hernández
Rueda).
En definitiva, al realismo humano y a
la visión integral de la patria y del hombre dominicanos ya mencionados,
esta generación une la recreación histórica, el asentamiento definitivo
del paisaje dominicano en nuestra poesía, una constante encarnación del
tiempo y una novedosa visión social de la muerte. A esto hay que
agregar la visión profética optimista, la que contiene el dramatismo
propio del antihéroe, con la diferencia de que ella anuncia, vaticina el
fin de su desgracia. Los poetas del 48 aportan asimismo, y eso es,
igualmente nuevo hasta ahora, una visión totalizadora y trascendente del
hombre, al tiempo que ofrecen, como sensibilidad colectiva, trasmutada
en la palabra, el Sur de la Republica, como símbolo de nuestro país y de
nuestro tiempo. Y estos aportes se alcanzan dentro de un lenguaje
adecuado, a tono con su contenido.
Los Poetas
del grupo del 48: Luis Alfredo Torres, Lupo Hernández Rueda, Victor
Villegas, Alberto Peña Lebrón, Ramón Cifré Navarro, Rafael Valera
Benítez y Abel Fernández Mejía partían de los siguientes postulados:
- La poesía tiene una finalidad: revelar las raíces de la colectividad.
- Rechazo de la escritura automática de otros procedimientos surrealistas puestos en boga por la Poesía Sorprendida.
- La literatura debe tener un contenido testimonial, moral, humano; debe estar comprometida con los problemas sociales.
La Generación del 60
A
comienzos del 60, luego de la caída de la dictadura de Rafael Trujillo
(1930-1961) surgen en el país varios grupos literarios, reunidos por la
afinidad literaria y por las preocupaciones políticas. Así nace el grupo
de los 60, entre los cuales tenemos al poeta Ramón Veloz Maggiolo
(1936), autor de Judas, el buen ladrón, Los Ángeles de hueso, De abril en adelante, Materia prima, Ritos de Cabaret, La fértil agonía del amor, entre otros libros. Ramón Emilio Reyes (1935), autor de la novela Testimonio, Carlos Esteban Deive (1935), autor de Magdalena, Las devastaciones y de un volumen de cuentos, Museos de diablos.
Poco después de la guerra de abril de 1965 se funda en grupo El Puño del cual eran miembros
- Armando Almanzar Rodríguez (1935), autor de Limite, Infancia feliz, Selva de agujeros negros para Chichí la Salsa, Cuentos en cortometraje y Marcado por el mar.
- René del Risco Bermúdez (1937), autor de En el barrio no hay banderas y de El viento frió (poemas).
- Efraín Castillo, quien ha publicado numerosos cuentos recogidos en Rito de paso y otros cuentos, así como las novelas Currículum e Inti Huaman.
- Ruben Echavarria (1936), autor de numerosos cuentos laureados y publicados en los suplementos de la época.
- Antonio Lockward Artiles (1943), autor de la obra Se me muere Rebeca.
- Iván García (1938), dramaturgo y narrador. Ha publicado Mas allá de la búsqueda, recopilación de todas sus obras teatrales y La guerra no es para nosotros (cuentos).
- Miguel Alfonseca (1942), publico dos libros de poemas: La guerra y los cantos y El arribo de la luz. Escribió cuentos galardonados en los concursos de La Mascara.
- Juan Jose Ayuso, poeta, autor de Bienaventurados los cimarrones.
- Enriquillo Sánchez (1947), ha publicado Convicto y confeso, Pájaro dentro de la lluvia (poemas) y Musiquito (novela).
Los concursos fomentados por la asociación cultural La Mascara compuesta
por Lourdes Billini, Aquiles Azar, Freddy Ginebra, Héctor Díaz Polanco y
otros, constituyeron un fuerte estimulo a la narrativa dominicana
breve. Posteriormente, a partir de 1978, Freddy Ginebra funda los
premios Casa de Teatro, que han servido de plataforma para el
lanzamiento de jóvenes escritores.
Al igual que La Mascara, El Puño, La Antorcha, el grupo de La Isla se
formó luego de la guerra de abril, hacia 1966. Entre los integrantes de
este grupo figuran Antonio Lockward Artiles, Norberto James, Andrés L.
Mateo, Wilfredo Lozano, Fernando Sánchez Martínez. Los miembros de La
Isla y de La Antorcha no diferían en sus postulados estéticos y
políticos, tanto los poetas como los narradores parecían obsesionados
por el compromiso político del escritor.
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