viernes, 14 de noviembre de 2014

MAXIMOS ESPONENTES DEL REALISMO


Ángel de Saavedra, duque de uno d los maximos esponentes del romanticismo.
El teatro neoclásico no logró calar en los gustos de los españoles. A comienzos del siglo XIX aún se aplaudían las obras del Siglo de Oro. Estas obras eran despreciadas por los neoclásicos por no sujetarse a la regla de las tres unidades (acción, lugar y tiempo) y mezclar lo cómico con lo dramático. Sin embargo aquellas obras atraían fuera de España, precisamente por no sujetarse al ideal que defendían los neoclásicos.
El Romanticismo triunfa en el teatro español con La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa; El Trovador, de Antonio García Gutiérrez; Los amantes de Teruel, de Juan Eugenio Hartzenbusch; pero el año clave es 1835, cuando se estrena Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas (1791–1865). Cabe mencionar también la importante obra Don Juan Tenorio (1844) de José Zorrilla y Muérete y verás de Bretón de los Herreros. Lo más cultivado es el drama. Todas las obras contienen elementos líricos, dramáticos y novelescos. La libertad domina en el teatro en todos los aspectos.

Benito Pérez Galdós. El
naturalismo en España, al igual que en Francia, también tuvo sus detractores y se crearon grandes polémicas. Entre los opositores es encuentran Pedro Antonio de Alarcón y José María de Pereda, los cuales llegaron a calificarlo de «inmoral». Sus defensores más encarnizados fueron Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán. La controversia más dura tuvo lugar a partir de 1883, a raíz de la publicación de La cuestión palpitante de Pardo Bazán.


Los más importantes escritores ascéticos son:
Fray Luis de Granada: Fue miembro de la Orden de los Dominicos. Gran orador de temas religiosos. Sus obras más importantes, consideradas tratados de doctrina, son Guía de pecadores, Libro de la oración y meditación, y, la más notable, Introducción al símbolo de la fe.
Santa Teresa: Teresa de Cepeda y Ahumada. Nació en Ávila. A los 19 años ingresó en la Orden Carmelitana que más tarde reformó, creando la Orden de las Carmelitas Descalzas. Fundó 17 conventos en doce años. En su obra literaria utiliza un lenguaje campechano propio del campo de Ávila pero de profundo y fervoroso. Entre sus obras más importantes están El Libro de su vida, autobiografía espiritual Camino de perfección, donde indica los medios para lograrla, El libro de las fundaciones, El castillo interior, o Las moradas.
San Juan de la Cruz: Juan de Yepes Álvarez. Nació en Fontiveros (Ávila), fue discípulo de Santa Teresa. Llevó a cabo la reforma de la Orden de los Carmelitas Descalzos, y fundó varios conventos. A diferencia de santa Teresa, san Juan es un humanista y domina el idioma. Su obra poética, muy escasa, se reduce a Subida del monte Carmelo, Cántico espiritual, Noche oscura del alma, Llama del amor viva. Y también algunas poesías de carácter religioso, entre las que están Aunque es de noche y Tras un amoroso lance. Su obra más importante es el Cántico Espiritual, escrito en liras garcilasistas, inspirado en el Cantar de los Cantares.
San Ignacio de Loyola: Íñigo López de Recalde, fundador de la Compañía de Jesús. Fue herido en la defensa de Pamplona. Durante su convalecencia la lectura de los libros Vida de Cristo escrita por Ludolfo de Sajonia y Flos Sanctorum influyeron en su espíritu profundamente. Su única obra literaria es Los Ejercicios Espirituales, en la que expresa su ideología cristiana.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Literatura española del Romanticismo



Literatura española del Romanticismo



El Romanticismo es un movimiento revolucionario en todos los ámbitos vitales que, en las artes, rompe con los esquemas establecidos en el Neoclasicismo, defendiendo la fantasía, la imaginación y las fuerzas irracionales del espíritu. El Neoclasicismo aún perdura en algunos autores, pero muchos, que se iniciaron en la postura neo clasicista, se convirtieron ávidamente al Romanticismo, como el Duque de Rivas o José de Espronceda. Otros, sin embargo, fueron desde sus inicios románticos convencidos.


literatura contemporánea

                        
                         literatura contemporánea





La literatura contemporánea engloba la producción literaria “occidental” (producida en Europa y América) durante la Edad Contemporánea, es decir, a partir de la época de las revoluciones (tanto la Americana como la Francesa). Es un concepto difícil de aplicar a la literatura dado la intrínseca imbricación de la mayoría de las obras con sus antecesoras históricas, pero en este caso es un concepto definido más por valores de originalidad y ruptura estética que por cuestiones puramente cronológicas. Al igual que el arte moderno, la literatura contemporánea -también llamada moderna- se conoce así no únicamente por haber sido escrita sobre todo a partir del siglo XIX, sino por romper drástica mente con lo anterior..







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